viernes, 29 de noviembre de 2013

LEYENDA DE LA YERBA MATE


    Un día YACÍ la luna, quiso conocer de cerca la tierra. Le pidió  a su amiga ARAÍ,  la nube rosada del atardecer que la acompañara y juntas convertidas en dos hermosas muchachas bajaron y comenzaron su paseo por la selva.

   Por primera vez podían caminar por la hierba fresca, escuchar el canto de los pájaros, sentir el perfume de las flores y verse reflejadas en las aguas cristalinas del río. ¡Todo era maravilloso!




De pronto de entre la espesura de los árboles apareció un YAGUARETÉ dispuesto a atacarlas.

YACÍ Y ARAÍ  quedaron inmóviles frente al feroz animal. En ese mismo momento, un viejo cazador GUARANÍ se paró entre las muchachas y el YAGUARETÉ  y apuntó con su arco y su flecha al animal. El YAGUARETÉ al ver al anciano, escapó velozmente ocultándose nuevamente entre los árboles.

     El viejo cazador invitó a YACÍ Y ARAÍ   a su pobre choza. Al llegar fueron recibidos por su mujer y su hermosa hija. La familia ofreció a las dos muchachas lo único  que le s quedaba para comer: unos panes de maíz y luego las invitaron a descansar.
  A la mañana siguiente YACÍ Y ARAÍ  se despidieron agradecidas y se marcharon. Cuando se habían alejado lo suficiente, volvieron a transformarse en luna y en nube rosada del atardecer y subieron al cielo.
      Desde ahí YACÍ    siguió mirando al cazador, a su esposa y a su hija que con tanto cariño les habían dado de comer lo único que tenían en su humilde casa.


Luego de varios días YACÍ llamó a ARAÍ  y le dijo:
- Tenemos que premiar a esa familia que nos ofreció su casa y su comida.
- Lo mismo he pensado yo, respondió ARAÍ.
La luna y la nube rosada, buscaron juntas un regalo, debía ser algo muy original… por fin tuvieron una gran idea.
Una noche volvieron a la selva y mientras la familia dormía plantaron en la puerta de la choza unas semillas celestes, luego subieron nuevamente al cielo. Desde ahí YACÍ iluminó fuertemente el lugar y ARAÍ dejó caer una suave lluvia.


A la mañana siguiente frente a la choza, habían crecido unos pequeños arboles, sus hojas eran de color verde oscuro y tenían flores blancas. Cuando el anciano despertó y salió, quedó maravillado al ver esas plantas desconocidas y llamó a su mujer y a su hija. Los tres miraban asombrados cuando de pronto el cielo se oscureció y apareció  ante ellos una luz blanca, brillante que fue tomando forma de muchacha… era YACÍ que dulcemente les dijo:- no tengan miedo, yo soy YACÍ la luna y vengo a premiarlos por su bondad. Esta nueva planta es la yerba mate y desde ahora será para todos los hombres de esta región, símbolo de amistad y alimento para beber.

Luego YACÍ  le enseñó al anciano cómo debían tostar y moler las hojas del árbol para preparar la bebida y sonriendo volvió al cielo.


El cazador siguió las instrucciones, tostó las hojas y las molió, las colocó dentro de una calabaza, vertió agua caliente y con una pequeña y fina caña bebió.

Después pasó el recipiente a su mujer, para que probara… y a  su hija… una y otra vez la calabaza pasó de mano en mano…. Había nacido el mate.

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